
El consultorio médico al que debo asisitir para tratar una dolencia muscular, queda en Pérez Bonalde, allá en Catia.
Debo estacionar el carro a unas cuatro cuadras del sitio y caminar por el boulevar o lo que queda de él.
Qué horrible. Cuánta gente, cuánta desidia.
Cuántos olores terribles, cuántos niños trabajando, cuantos huecos en las calles,
cuánta basura, aguas sucias y hace mucho calor. En contraste, unos tomates de unos
colores bellísimos, la verduras abundantes e intensas, las frutas frescas y hermosísimas. Hay café,
leche y granos, cosas que no se encuentran en los supermercados. Los buhoneros
venden Nursoy y otras fómulas infantiles sin contar que hay ropa calzado, cosméticos y
todo lo demás. Pero noto en los rostros fatiga y tedio y hay en el tono del "A la orden" un aburrimiento de cazador. Muchas personas tienen actitud de "dispuesto a todo" para defender con sangre el mínimo espacio que han ocupado a troche y moche. Hay un ruido infernal y muchísimos mendigos y policías. En fin..un caos donde los que viven en él tienen sus propios códigos y su propio sistema. Y esa parte de la ciudad, también es Caracas.
1 comment:
Desafortunados son
afortunados somos
uno mira la tele
300 millones no saben que existe
no conoces la miseria
no vives en ella
macilentos allá
marginados del imperio
del legado
botellas rotas
cuando comidas sobran al basurero
zamuros viven
cuando el mundo 500 millones
mueren.
orlando, no se, inspirado de lo que leí
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